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martes, 29 de junio de 2010

PASEANDO POR EL BARRIO DE MADRID: LA CALLE PARADISEA Y LA COLONIA

En Madrid. Salida metro Ciudad Lineal. La primera calle que cogemos es la calle de Apolo y tiramos para abajo unos 25 metros para llegar a la calle Movinda. En la calle Movinda vivía un tal Haro que tenía la cara como hinchada y con coloretes y los ojos pequeños. Pero la calle Movinda en aquel entonces no tenía salida a garcía Noblezas. Era una calle cerrada y sin asfaltar. Haro iba al colegio Mater Dei y era un chico con buen carácter. La calle Movinda iba a dar a la calle Albarracín. Pero la calle Albarracín era la calle Paradisea cuando llegamos a aquel Madrid de principios de 1957 y así lo siguió siendo hasta finales del 59. Dónde la calle Movinda se juntaba con Paradisea estaba la tienda de La Aurorita. La tienda de La Aurorita era una casa pequeña con algo de jardín y un piso. El letrero de la tienda era 10 Aurorita 10. 10 era el número: Paradisea 10, pero lo que nos hacía gracia a Rubén y a mí era la repetición del 10 y entonces siempre decíamos en son de cantinela “10 La Aurorita 10”. La Aurorita era una tienda que vendía material escolar, chocolatinas y golosinas y, sobretodo, era el sitio donde cambiábamos tebeos. El negocio lo regentaba Aurorita, una señora baja y algo rellenita, de unos cuarenta y tantos años de edad. Su marido aparecía algunas veces en la tienda y era un señor alto de apariencia respetable, delgado y con gafas. A veces estaban los dos en la tienda.

La Aurorita tuvo su importancia en mi infancia madrileña porque era allí donde cambiábamos tebeos. El tebeo era la puerta a un mundo de aventuras, de humor con personajes de buen carácter, pero vapuleados por la crueldad de la vida, o de curiosidades. Para nosotros los tebeos de Superman eran lo máximo en aventuras de las buenas. Venían editados por la editorial Novaro de México y eran los primeros que yo trataba de coger en el cambio y luego leer. Luego era Pumby aquel gato con poderes como Superman, que hacía justicia contra los malos. También leíamos El Tebeo con todos aquellos personajes dibujados por Urdá o Coll: La Familia Ulises o el profesor Franz de Copenhague y sus inventos. Que decir de El Pulgarcito y todos los personajes de Carpanta, las hermanas Gilda, el Gordito Relleno, Roberto Picaporte, Doña Urraca, etcétera. Y luego El Jabato, El Capitán Trueno, El Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín. Todos eran buen alimento para la imaginación, así que cuando se cambiaban tebeos en 10La Aurorita10 todos en casa, incluida nuestra madre; nos poníamos a leer sin tregua en un silencio absoluto que duraba como mínimo tres horas. Aquello era como un culto a la imaginación, una plena absorción que nos llevaba a otros mundos, a batallas contra el turco sarraceno, a la lucha contra el mal, a la nobleza de los protagonistas que siempre ganaban o nos decían “continuará” y nos dejaban el sabor amargo de la intriga sin resolver. Si teníamos suerte podíamos seguir leyendo “el viene a continuación” del número posterior y entonces quedábamos satisfechos. Siempre quedan en el recuerdo estas escenas ya lejanas de un Madrid invernal allí leyendo en la cocina calentada por carbón de antracita de la Colonia Nuestra Señora de Covadonga número 17, letra H, bajo derecha. O sea: el Tercer Patio.

Ahora bajábamos Ana y yo por la calle Movinda, luego la calle Albarracín a mano derecha. Pero de el 2008 a 1957, 58, 59, 60, 61 y 62 ya habían pasado muchos años. Todo aquello es irreconocible porque ya todo está construido en forma de bloques de pisos, pero mi memoria iba despertando lo que había en un sitio y en otro. Allí estaba la finca que llamábamos Casa Teddy porque allí había vivido una familia americana de las que trabajaban en Torrejón de Ardoz.. La fica de Teddy tenía una torreta con hélices de viento para sacar agua al estilo de rancho texano. Había muchos olivos y ya presentaba un estado de abandono. Había otra finca de olivares en la calle Caunedo a unos cincuenta metros más allá de la finca de Teddy donde también vivían americanos. No tardó mucho en ser abandonada también y allí quedaba como escenario de juegos y travesuras por nuestra parte. Luego estaba la lechería de las hermanas Simona y Antonia y su madre de carácter áspero y acento baturro. Esta lechería tenía las vacas allí encerradas en el bajo sin ver la luz del sol y de aquellas ubres salía la leche que bebíamos. Posiblemente la leche más aguada de todo Ciudad Lineal. Aquella vieja tacaña seguro que nos sisaba sin piedad. Era una época en que la leche había que conseguirla de las lecherías familiares al precio que fuere y, casi siempre, con agua incluida. Luego, más arriba estaba la frutería de Gelita o Angelita con aquellas cebollas lozanas, aquellos puerros, aquella fruta de temporada que olía por toda la calle. Y en la esquina de Caunedo con Paradisea estaba el bar la Ochava que allí seguía con el mismo nombre pero ahora convertido en bar muy elegante. Y en La Ochava estaba Germán con su bigote y un camarero que se llamaba Poldo y que cuando abría los barriles de cerveza aquello silbaba con la violencia de un tifón. La Ochava tenía un futbolín donde jugábamos partidas sin fin. De aquella era un bar popular, un centro de encuentro de barrio que en los veranos pasaba a ser una gran terraza exterior con muchos vecinos bebiendo cerveza y comiendo calamares fritos o boquerones a la vinagreta o cortezas de tocino fritas. Ahora año 2008 La Ochava se había convertido en un bar elegante.

Pero lo que había cambiado era La Colonia. Nuestra Colonia siempre había sido Propiedad Privada y en teoría nadie que no viviera en ella podía pasar. Para ello había una garita de guarda a la entrada y allí se ponía Rufino, un hombre de unos 50 años, calvo, delgado y callado. Rufino empezó a vivir sólo en el sótano debajo de nuestra casa después de que este fuese abandonado por la familia los Gato, de origen gallego (de Viveiro), que ya habían adquirido un piso no muy lejos de allí y abandonaban la incomodidad de vivir en un sótano oscuro, frío y húmedo en el invierno. Extraño personaje era Rufino: siempre sólo, callado, aunque a veces bromeaba con los chavales del barrio. Las lenguas decían que había sido cura, pero al día de hoy queda su figura y nombre en el nombre de los recuerdos tal como nos apareció en la infancia. Y curiosa familia la de los Gato que eran varios hermanos, Alfonsito, Manel y otros tres más que ya no recuerdo. La madre, Manuela, los llamaba a voces desde aquel sótano de ventanucos con rejas con acento gallego. El padre, Alfonso, siempre iba vestido con un mono azul con el nombre de Saconia.

Ahora la Colonia estaba cerrada con un portón de seguridad y suerte que una chica hispanoamericana nos dejó entrar. Efectivamente, la mayoría de los habitantes actuales son hispanoamericanos o inmigrantes. Adiós a aquella esencia de barrio típico madrleño donde todos más o menos nos conocíamos y formábamos vida de comunidad de barrio al estilo de un pueblo urbanita. Porque cuando teníamos que coger el tranvía 5 siempre decíamos que íbamos a “Madrid”.

(Seguiré) ESTE RELATO SIGUE EN VARIOS EPISODIOS Y A TRAVÉS DE SEIS AÑOS.MIRAD ABAJO. PARA PASAR AL RELATO SIGUIENTE PINCHAD EN "ENTRADA ANTÍGUA".

27 comentarios:

  1. Gracias. Me ha hecho mucha ilusión encontrar esto. Bueno, no lo he encontrado, me lo ha mandado una vecina. Llevo aquí sesenta años y conozco todo lo que comentas. Lo único que se me había olvidado era el antiguo nombre de la calle. Paradisea. Yo vivía en el A. El hermano del campeón de karate, Felipe Hita. Bueno, un saludo y gracias.

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    1. Jose Carlos? Yo también vivía en el A. Primero en el Bajo A y luego en el primero derecha. Si te digo que soy Pachi hermana de Marisa y Periquín y todos hijos de >Pedro y Feli, a lo mejor te suena más. Qué tiempos aquellos! jejejeje

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    2. Sí, me acuerdo de él, pero es una imagen distante.

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  2. Hola estoy sorprendida gratamente al leer todos estos recuerdos,llevo toda mi vida viviendo en la Colonia,naci aqui y aqui sigo,en el portal h bajo derecha esa calefaccion de carbón ahi naci yo.Seguimos viviendo vecinos de toda la vida,algunos ya no están pro están sus hijos e incluso los nietos.La colonia sigue teniendo su encanto,no es cierto q la mayoria de los vecinos sean hispanoamericanos o inmigantes,auq tmpoco pasaria nada.Pero aqui segumos vecinos de toda la vida.Varias generariones con mucha historia q contar como tu cuentas en tus relatos.No te pongo cara tal vez x q seamos de generaciones diferentes pero si conozco a quien nombras.Me alegras q guardes tan buen recuerdo yo los tengo y mis hijos tmb.Un saludo.

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    1. Gracias. ¡Qué casualidad! Fue el escenario de una infancia muy alegre y siempre jugando. Un vecindario muy entrañable. Un abrazo.

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  3. Hola se me han saltado las lágrimas cuando hablas de la colonia, de la lechera, de la tienda de Germán, del bar ochava, que recuerdos yo vivía en la colonia del primer patio portal A. TE AGRADEZCO QUE ME HAYAS RECORDAR MI NÚÑEZ. DE ❤

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    1. Gracias por tú comentario. Cuánto os lo agradezco. Yo creía que no iba a llegar a nadie después de tanto tiempo.

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  4. Que me hayas hecho recordar mí niñez,de ❤
    El corrector 🤗

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  5. Muchas gracias por hacerme recordar tiempos de mi niñez y me acuerdo de muchas cosas y tambien de la calle que efectivamente se llamaba Paradisea y vivia en el portal A soy hermana de quien han escrito y hermana tambien de Felipe Hita .Habia una señora que pasaba por la colonia y recogia la basura y la reciclaba , la llamabamos señora Juana siempre iba de negro con una carretilla y tres cubos.Un saludo muy grande por recordarnos tan buenos momentos de nuestra niñez en la colonia.Gracias.

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  6. Buenas noches.
    Yo vivía en el portal H 1ºDerecha. Hola primo. Yo asistía al colegio de D. Jesús.

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  7. Que recuerdos de mi niñez y juventud , hola hermano y primo

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  8. Mi familia se trasladó a la Colonia, teniendo yo 3 añitos... hablo del año 1951... el tercer patio era el más activo en organizar festejos a los que se unían familias de otros patios... creo que mi generación fue la primera adolescente del barrio...
    El colegio al que íbamos la mayoría era el Sta. María que posteriormente fue el Mater Dei (cuando cambió su ubicación del medio de la calle Caunedo al principio... donde D. Rafael y su mujer Antoñita, la profesora de francés, vivieron hasta su desaparición.

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    1. Creo recordar que el primer colegio de Don Rafael era el Colegio de las Mercedes. Estaba al lado de un taller mecánico de coches y camiones.

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  9. No se que ha pasado pero he escrito un buen párrafo recordando a Abilio los hermanos Navio del bar, La Ochava ahora El Álamo, el churrero de la cale Jaime Hermida el zapatero en la acera de enfrente, los he descrito y......jolines no está, no sé que narices he hecho, mis hermans y hermano han escrito, yo soy Felipe Hita, que tuve un gimnasio en Apolo y luego en Movinda. bueno a ver si esto si sale y entonces mañana repito lo que he hecho hoy.

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    1. Pues salió. Gracias por tu comentario. Me acuerdo de ti pero un tanto lejano ya..

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  10. Me alegro mucho que os haya gustado. Recordad que sigue en varios episodios a continuación. Nosotros éramos una famila asturiana.

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  11. Copiar y pegar y en la página que sale tirando para abajo empieza la serie. Son 12 0 13
    La Colonia sigue siempre presente en mi recuerdo.

    https://nesalem-wwwrelatos.blogspot.com/search?q=la+colonia&max-results=20&by-date=true

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  12. ¡Vaya bonitos recuerdos! Nosotros (y digo nosotros porque somos 7 hermanos) vivíamos en el primer patio, en el portal B, desde, creo recordar, el año 1952.

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  13. Muy bonitos recuerdos, recuerdo que cuando llegamos , mis padres y hermanos, la calle se llamaba Paradisea,

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  14. Que bonitos recuerdos los 13 años aproximadamente vividos en la Colonia Saconia junto con mis seis hermanos y padres, yo con 20 años sali de allí para formar mi propia familia , osea me casé ,y a los pocos años despues mis padres y mis 5 hermanos que todavía estaban solteros,ya que la mayor también se casó el mismo año que yo , 1967

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  15. Yo vivi en la "colo" en el portal A con toda mi familia:Pedro, Feli (mis padres) Marisa y Periquin (mis hermanos) Qué bonito recordar con tu relato aquellos años. Sigo en contacto con algunos de los 7 hermanos del portal B y muchas veces recordamos nuestros años en la colo. Lo que no consigo es "veros" ni a ti ni a tu hermano Rubén 🤔 ¡Ah! Y la hermana de Simona, la lechera era CARMEN, no antonia. Y las vacas que yo recuerde las tenian debajo de la escalera, nada de sotanos. Y Angelita de pequeña, nada. Menuda mujerona. Y la señora Jacoba ¿nunca te puso una inyección? Y a mis vecinos del 2° izda. MARILI, JOSE CARLOS que cantaba y muybien por la escalera, FELIPE Y MARISOL tambien los tecuerdo.

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    1. Gracias por las rectificaciones. Sí me acuerdo de Jacoba cuando llegaba a casa a ponernos inyecciones, pero si no lo señalas pasaría al baúl ya cerrado de los recuerdos. Una pena que no te acuerdes de nosotros.... éramos los más guapos, inteligentes, jefes en todo...je, je, je....

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  16. La MUJERONA era AURORITA, que Angelita la frutera si que era chiquitilla.

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